Canarias se resiste a las prospecciones petrolíferas
Desde lo más profundo del océano, Repsol quiere extraer un vestigio de vida antigua. Esta vida convertida ahora en hidrocarburo, tiene una historia más antigua aún que ella y que comienza, justamente, en lo más profundo del mar. Ahí tuvo lugar el origen de todo tipo de vida, y una parte de los vestigios de esos inicios están guardados en su lecho, como si fueran un tesoro enterrado que contiene una maldición que procura evitar su expolio. De esta manera, extraer y quemar el hidrocarburo que el mar custodia está desencadenando el castigo. Por todo el mundo, pueblos enteros sufren las consecuencias de este saqueo. Millones de personas y otros muchos seres vivos mueren de hambre, de sed, o son desterradas desde que empresas como Repsol se atreven a vulnerar sus yacimientos. Muchos millones más están padeciendo ya las consecuencias del Cambio Climático derivado de la quema de estos restos de vida antigua cargados de energía y expoliados… desde lo más profundo.
Por eso estamos aquí, porque desde lo más profundo de nuestros corazones sabemos que tenemos que luchar. Por eso contamos aquí con gente de muchas organizaciones y gente que viene por propia motivación individual. Tenemos cofradías de pescadores, clubes y grupos de buceo y de personas aficionadas al submarinismo, que por toda Canarias se han prestado a colaborar con este acto, a quienes enviamos nuestro agradecimiento, porque hoy se encuentran desplegando una pancarta… desde lo más profundo.
Tenemos gente en las playas de nueve islas canarias haciendo piña para defender a unas islas cargadas de vida. Gente que solicita el respeto por nuestros recursos naturales y la apuesta por un nuevo modelo energético que permita la perdurabilidad de este medio ambiente que nos ha sido confiado. Un nuevo modelo energético que permita que esos vestigios de vida antigua sigan custodiados por el mar… desde lo más profundo.
Porque el mar sigue siendo vida, y Canarias es quien es gracias al mar. El mar nos define. Hace bonancible nuestro clima. Permite que Canarias disponga de agua dulce suficiente para que exista la vida. Moldea nuestras islas, nos embellece el paisaje y sirve de reclamo para que nos visiten personas de todo el mundo. Y para colmo, nos ofrece alimentos que extraemos… desde lo más profundo.
Pero el mar no conocía el funcionamiento del voraz capitalismo, y no previó que quienes violan activamente sus tesoros son los únicos que se enriquecen con ello. La transnacional Repsol, y quienes atraviesan sus puertas giratorias desde el Gobierno que debería custodiar estos recursos no tendrán en cuenta el nivel de destrucción que generará su voracidad y su egoísmo. Pero aquí estamos y aquí nos quedaremos. Una vez elevamos la voz de Canarias a lo más alto. Hoy la bajamos… a lo más profundo.
Y desde lo más profundo de nosotras y de nosotros mismos sabemos que el pueblo canario conseguirá defender el mar que nos separa… y que nos une.
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