Valencia contra el 'fracking'
La Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del Ayuntamiento de Valencia ha aprobado por unanimidad una propuesta por la que el consistorio se manifiesta en contra de la práctica de la fractura hidráulica o 'fracking' para la investigación y extracción de hidrocarburos, "por tratarse de una técnica considerada como agresiva con el medio ambiente".
Según ha apuntado el Ayuntamiento en un comunicado, esta técnica "consiste en la extracción de gas natural introduciendo grandes cantidades de una mezcla compuesta por agua, arena y productos químicos, que es inyectada a alta presión rompiendo las rocas bituminosas y liberando el gas natural y otros gases líquidos que están retenidos".
La concejala del Área de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, María Àngels Ramón-Llin, ha subrayado que desde este departamento "en consonancia con el programa electoral del PP", apuestan "por el fomento de energías alternativas, es decir, de tecnologías limpias para la obtención de energía mediante fuentes de origen renovable".
"Por tanto, era necesaria la aprobación de una propuesta contraria a la práctica del fracking", ha dicho, y ha añadido que un elemento que ha influido "de forma decisiva" en la aprobación de este acuerdo es el informe emitido en junio de 2011 por la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo.
En este documento se concluye que, con la fracturación hidráulica o 'fracking', "se produce una emisión de contaminantes a la atmósfera, contaminación de las aguas subterráneas, fugas de líquidos de fracturación y descargas no controladas de aguas residuales, así como la utilización de más de 600 productos químicos para liberar el gas natural".
MORATORIAS
La delegada de Medio Ambiente ha añadido que en algunos estados de la Unión Europea "han aprobado moratorias que paralizan el uso de esta técnica agresiva y en Estados Unidos, su utilización en los últimos años ha ocasionado graves problemas como la contaminación del suelo y el subsuelo con gases y substancias químicas que afectan a las aguas subterráneas y superficiales".
"Dado que ni en Europa ni en España existe una regulación de esta técnica, el principio de precaución nos ha llevado a aprobar este acuerdo, en tanto y cuanto las dudas generadas por la controversia queden definitivamente despejadas", ha manifestado.
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